La sociedad establece el rol de cada quien en la vida. Nadie se escandaliza cuando a un panadero lo agarran con las manos en la masa, ni cuando un albañil grita ¡manos a la obra!, ni cuando el sastre pregona ¡manos a hebra! Todo lo contrario ocurre cuando un político manda a callar a los periodistas. Cuando un político ordena silencio a los comunicadores lo primero que asoma a la cabeza es un gesto de tiranos.El embajador haitiano Fritz Cineas atrapó a los periodistas con las manos en las teclas, iniciando una obra de divulgación de lo que se teje en Haití. Según su interesada visión son los comunicadores dominicanos los que complican las buenas relaciones entre las dos naciones que comparten frontera. No deben decir ni esta boca es mía, según el diplomático. Nadie está autorizado para llamarle la atención ni recriminar sus expresiones.El embajador Cineas tiene patente de corzo. Puede atribuir a los periodistas las culpas de las chapuzas que hace su propio gobierno, o decir lo …