Cuando se pronuncia el conjuro ¡Soy gay! Se abren puertas y ventanas de la liberación.Es como el descorche del champán. A un ruido sucede la libación.El que sale de la prisión social entra en los mentideros como espanto, pero en la realidad, todo su entorno sabía de su preferencia sexual.Tengo la certeza de que nadie quiere ser gay. Debe ser doloroso vivir en una sociedad que los persigue, los discrimina, los acosa. Son culpables de un crimen que sólo los afecta a ellos. Tienen una inclinación de la que aún se ignora su causa real.Gay es una denominación que ya no luce discriminadora, el vocablo inglés de alegre sonido cubre ahora a hombres y mujeres atrapados en el terreno ignoto de la sexualidad. Desde tiempos inmemoriales se sabe que existen. Han sido calificados desde inmorales a pervertidos. Yo mismo, tan machista como ente humano, he sido juez. En los últimos tiempos he tenido experiencias, investigaciones y preocupaciones que me hacen revertir opiniones de décadas.Niños y ni…