Haití es nuestro más grave problema geopolítico. La desidia, apatía y temor con los que el liderazgo nacional trata el tema solo contribuye a agravarlo.Es sintomático que el manejo de las relaciones con el vecino esté ausente en la agenda de los dos principales candidatos presidenciales: Danilo e Hipólito. En medio siglo de trayectoria democrática, los haitianos solo bailan al ritmo de la cháchara electoral.Mas allá del pesado lastre migratorio hay otros huecos por llenar que contribuirían enormemente a aliviar la carga haitiana en nuestro suelo. Desafortunadamente, Haití no figura como eje de la política económica y exterior de la República Dominicana.En el ámbito económico nos solazamos en proclamar que Haití es nuestro segundo socio comercial. Sin embargo, lo verdaderamente beneficioso para ambos lados de la isla sería que el vecino se convierta en el principal centro de la inversión privada nacional. Lamentablemente, carecemos de estímulos e incentivos para que el empresariado s…