“Los infundíos son infundíos y la verdad es la verdad, y la verdad queda fija e inconmovible, entera y pura, cuando el viento de los años, pasando entre los infundíos, los va haciendo polvo”–Juan Bosch– Sería una mezquindad pretender ignorar el trabajo hecho por el Dr. Roberto Rosario M. desde la Cámara Administrativa para que las elecciones sean limpias y transparentes; pero sería un exceso fuera de toda proporción, compararlo con Ángel María Liz, César Estrella Sahdalá, Juan Sully Bonelly o Julio César Castaños Guzmán.Son escuelas distintas, y la de Roberto Rosario Márquez se caracteriza por la prepotencia y olvido (“que anula o modifica el pasado”, dice mi amigo Borges; y que al igual que él no he podido leer el libro “Gesta Dei per Francos”). El escribano cree que organizar unas elecciones es fácil: no ser tramposo y ser humilde. Por eso escribió sugiriendo que si el licenciado Miguel Ángel García, director del Departamento de Informática, recomendado por don monseñor Agripino N…
