Con mucha certeza se afirma que de la calidad del testimonio ofrecido dependerá la credibilidad de la persona. Partiendo de esta indiscutible afirmación que cuestiona, no sabría a ciencia cierta hasta dónde llega la responsabilidad de aquellos que teniéndose como pastores de almas no ofrecen un testimonio auténtico de la fe que dicen profesar. La jerarquía o dirigentes en cualquier institución o movimiento de carácter religioso cristiano debe obedecer a criterios de salvaguardar el patrimonio que debe constituir uno de sus mayores tesoros: la humildad y la pobreza de espíritu. El afán de poder y hacerle el juego a los poderes terrenales de turno es un contrasentido que no está en los planes de Dios. La obediencia y la sumisión no debe estar supeditada a los bienes materiales que se quieran obtener. Una persona responsable debe siempre actuar por convicción no motivado por las dádivas perniciosas que esclavizan. Por regla general los encumbrados, aquellos que ostentan posiciones…
