Mientras más avanza la crisis que afecta el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), más se preocupan los sectores de la vida nacional. El diálogo, el entendimiento y hasta la negociación política no se pueden descartar, pues es justo reconocer que frente al cuadro institucional que se vive en nuestro país cualquier solución meramente jurídica pondrá al PRD muy a merced de los designios de los intereses del Partido de la Liberación Dominicana(PLD). Cualquier pronunciamiento que no reconozca esa realidad pecaría de ingenuo. La situación es clara, o nos ponemos de acuerdo o nos gobierna el PLD. Esa realidad es dura, desagradable, pero al mismo tiempo es objetiva. La misma golpea a quienes laboramos por lograr un PRD fuerte, abrazado de su esencia. ¿Qué podemos hacer? Lo primero es entender el problema. En el PRD hay dos bandos. Uno es mayoritario y el otro está aferrado a una legalidad provisional. El bando mayoritario necesita la legalidad para canalizar las aspiraciones de sus masas…