Por primera vez en toda su historia, la solución a la recurrente problemática de incomunicación de los ocoeños por fallas en su carretera y la crecida de su río principal va en serio y está a punto de llegar. Para ello ñy después de comprometer su palabra con los lugareños tras comprobarse los daños de la tormenta que afectó al país a poco de instalarse en el gobierno-, el presidente Danilo Medina debió “empantalonarse”, y de Obras Públicas y de Agricultura salir gente que vivía haciéndole cuento al doctor Leonel Fernández, y al pueblo. La realidad es que en la pasada gestión el presupuesto inicial se agotó sin arreglar ni medio kilómetro de carretera, “tragados” o botados los dineros por un criminal e irresponsable movimiento de tierra que, camión a camión, fue transportada a una profunda hondonada a cinco o seis kilómetros de distancia y hoy convertida en una gran explanada sabrá Dios para qué uso futuro. El dato de buena fuente que tenemos es que el jefe del Estado llamó a capít…
