He recibido infinidad de cartas de lectores que me recuerdan otros muertos memorables, no citados en la columna de ayer, que merecen mención aparte por los roles políticos que hubieron de desempeñar en algún momento estelar de nuestra historia.Uno de ellos es don Antonio Guzmán, considerado uno de los mejores Presidentes dominicanos del último medio siglo, una figura sin ninguna instrucción académica, pero de extraordinario sentido común y agudeza política.Don Antonio, que murió trágicamente en el ejercicio del poder, cuando le faltaban 41 días para concluir su mandato –el 4 de julio de 1982– tuvo la inteligencia y el tacto de aprovechar su mejor momento para desmontar la maquinaria política y militar del balaguerismo de los 12 años y neutralizar los resabios del poder económico surgido a su amparo.Se le considera un presidente sabio, aunque sin escuela; prudente, sin el refinamiento de los políticos tradicionales; con un ligero frenillo que le dificultaba un poco la pronunciación…
