Al entrar en el consultorio del doctor Cruz Pineda, para pedirle una orientación médica, me encontré de frente con una hermosa oración plasmada en un cristal, y decía así: “Mis guantes son tus manos y mis manos son tus instrumentos, utilízalos Señor”.Es el médico que confía que sus conocimientos y sus datos técnicos están acompañados de Dios, vienen de Dios y le pide a Dios que ayude con Él.Un capítulo hermosísimo -no me canso de repetirlo- el Capítulo 38, del libro del Eclesiástico, donde se invita a visitar al médico, y se invita a que la obra médica esté acompañada de la oración del paciente y del médico.Manos y guantes del Señor, han de ser las manos y los guantes de un médico, todo su instrumental.Que los médicos puedan seguir siendo una bendición para la humanidad, con sus ciencias y con su confi anza en Dios.Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.