El caso de Dwayne Jones, joven travestido de 17 años, a quien una muchedumbre mató el 22 de julio en Saint James, Jamaica, tras señalar alguien que iba travestido, es el último y trágico ejemplo del alto grado de intolerancia y homofobia que impera en el Caribe. Las amenazas recibidas por el activista Caleb Orozco en Belice en mayo de este año, cuando presentó una impugnación de la “ley de sodomía” en la Corte Constitucional, son sólo un ejemplo más de los riesgos que corren los defensores de los derechos humanos de las lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) por realizar su esencial labor.Hace mucho tiempo que se tiene noticia de la existencia generalizada de un alto grado de discriminación en las naciones de habla inglesa del Caribe, que incluye episodios de violencia motivada por el odio. El hecho de que se conserven leyes coloniales que criminalizan las actividades homosexuales mantenidas con consentimiento mutuo entre personas adultas legitima tal discr…