Es una ley de la naturaleza el que nosotros crezcamos, lo hacemos ya desde la niñez y crecemos hasta la adultez y nos desarrollamos desde ese sentido; las plantas nacen y crecen.Llamados a crecer. Ya en el Génesis, en el primer libro de la Biblia -sea uno religioso o no lo sea- uno escucha aquella palabra que Dios dice a Adán y a Eva: “Crezcan, crezcan, desarróllense”.La vocación a crecer, es una vocación que sirve no solamente para los cuerpos, sirve para cualquier área de la vida humana.Hemos de crecer, hemos de desarrollarnos, hemos de avanzar, hemos de caminar, y por eso, en todos los sentidos, no podemos nosotros cansarnos de hacerlo.La vocación de crecer, es una vocación del ser humano. Podemos preguntarnos: ¿En qué área de mi vida yo puedo crecer? Aunque sea anciano, se puede todavía crecer, y más aún después de la muerte, nosotros los que creemos en la vida eterna, sabemos que seguimos creciendo, y que la muerte no será más que una semilla para poder nacer y crecer en la ete…
