Que las simpatías internas del PRD se hayan dividido en tres, debería ser una grata noticia para todos los simpatizantes, miembros y dirigentes de ese partido… Y en especial para toda la comunidad política.Porque esa es probablemente la única solución a la grave crisis que afecta desde hace dos años a ese partido y cuya salida no puede verse por ningún lado. La tripolaridad interna perredeísta ha sido la clave de todos sus éxitos. Sus mejores momentos los ha vivido el PRD cuando a su interior interactúan tres fuerzas electorales con posibilidades porque dos de ellas terminan aliadas formando una mayoría incuestionable.Ocurrió así en la Novena Convención, en 1977, con la participación de tres fuerzas muy parecidas que dieron origen a las llamadas tendencias. La encabezaban Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco y Jacobo Majluta.Peña Gómez fue el árbitro en ese proceso que ganó Guzmán pero sin la mayoría de calidad imprescindible para ser candidato, por lo que tuvo que negociar con M…