La política, como filosofía o ejercicio, cuenta con múltiples acepciones que van desde lo romántico y poético, a lo simple y pragmático. Si apuntamos a definirla desde la perspectiva de la comunicación política, tendríamos que decir entonces, que la política es el arte de imponer mi verdad. Dicho de otra manera, la comunicación política, no importa donde se emplee, ni cuando, ni para qué, ni por quién, siempre tendrá como objetivo una sola cosa: Instalar en un grupo predeterminado, un grupo “target” –sea la opinión pública en sentido general, o solo, verbigracia, los consumidores de un supermercado–, una percepción favorable a mi causa sobre algún asunto en particular. En definitiva, imponer mi verdad.Ser exitoso en lograr instaurar en la opinión pública una determinada percepción, es más ciencia que arte. Todas las estrategias gananciosas cuentan con elementos comunes, por ser estos imprescindibles en la ruta hacia el éxito, como lo son: mensajes cortos y claros, contextualizaci…