La sociedad dominicana desde hace tiempo se ha olvidado que vive en un país amable y tranquilo. Nos levantamos sobre un barril de informaciones venenosas que le alteran el día a cualquiera en sus hábitos y costumbres. Evidentemente estamos inmersos en las urgencias de los conflictos y la imperiosa necesidad de sobrevivir, definitivamente no somos los que éramos, ni tampoco sabemos cuáles serán los resultados finales.Aunque muchos lo consideran imperceptible, estamos en un país bajo un proceso de re-ingeniería, con el resurgimiento de varias modalidades en el trabajo, la educación, la violencia, los vicios y la inseguridad, que nos está llevando a una anarquía de impredecibles situaciones, donde las fuerzas, no solo familiar, sino del orden público, se notan impotentes en controlarla.Desafortunadamente existe una mayoría de miembros de un cuerpo social que refleja una inmunidad a la violencia, con una dinámica en su personalidad que les mantienen indiferentes al margen de las circuns…
