El año 2011 sumergió en el silencio mi voz plural escrita. Desde enero hasta acá, no he publicado esta columna que cada sábado intentaba dialogar con la mucha gente que lee El Listín. Los lunes mis anzuelos verbales traían enganchados muchos “e-mails”, la mayoría gratificantes, algunos con refutaciones críticas. Todos estimulaban mi pasión de escribir.Durante este tiempo transcurrido, he seguido hablando y escribiendo, en cursos, seminarios, encuentros y charlas, dentro y fuera de mi PRD. Ahora mismo me encuentro ocupadísima en las trepidantes jornadas de una campaña electoral que se anticipa como de costumbre a los plazos legales. Pero ¡ay! Siento un hueco en mi trajín, algo le falta, y una nostalgia me sobra. Añoro En Plural. Vuelvo con él.Como antes, esta columna será variopinta en su contenido, plural al fin. Tuvo, tiene y tendrá una espina dorsal que coherencia mi pensamiento, mi escritura y mi praxis; la ideología que postulo, con su ética intransigente y su solidaridad a tope…