Un santiaguero inteligente invoca el “síndrome de la página en blanco” para pedirme que en ese momento de nublazón mental reivindique el salami y hable de todas las infamias y de los abusos cometidos en su contra, para que se persiga sin piedad a los culpables de semejante felonía.Es verdad lo que dice Carlos José Vásquez… Sólo que en vez de tener la mente en blanco, hay que ser muy audaz para encarar un tema de tanta profundidad social, tal vez el único punto de la gastronomía dominicana donde confluyen los gustos de ricos y pobres.¿A quién no le gusta un rico mangú coronado por cuatro ruedas de salami de mallita? Habría que ser muy hipócrita con su propio gusto para rehusar ese manjar en momento de mucha hambre. Que me diga alguien a cuál carajito –por blanquito y rubio que sea– no le gusta desayunar con salami antes de irse al colegio o en la noche de cena después de los muñequitos…Aún en sus peores tiempos, durante la brutal campaña de descrédito, el salami mantuvo su hida…