La inyección por parte del gobierno de nueve mil millones de pesos a la economía nacional, ha generado el aplauso de una sociedad preocupada por lo difícil y apretada que está la cosa.Disminución de las ventas, pérdida de empleos y cierre de empresas, eran parte de las quejas elevadas por importantes sectores, luego de la más reciente reforma fiscal, efectuada para conjurar el déficit imperante.Incremento de la presión tributaria, disminución de la inversión de capital y reducción en los gastos superfluos, fue la receta que recibió el pueblo ante la urgencia de enfrentar el faltante. Solo que desafortunadamente el trago resultó más amargo de lo esperado porque pese a estar en el Año de Austeridad y al prudente desempeño del presidente Danilo Medina, los subsidios, el alto consumo, las francachelas y los irritantes privilegios de algunos funcionarios mal acostumbrados a la Dolce Vita (pero gratis), han seguido por sus fueros.Así las cosas, el déficit ha tenido que cubrirse a costa de…
