Parece ser que Hipólito Mejía está por jugar a la ruleta rusa… Pero a la más rusa de todas las ruletas: con cinco balas en el tambor del revólver y una sola oportunidad de fallar un tiro que lo acabaría políticamente. Quienes le susurran insistentemente que se vaya del PRD y forme otro partido, han perdido la perspectiva histórica y ni siquiera están midiendo las consecuencias de semejante desatino en la vida política del carismático expresidente.Hipólito habrá visto pasar sus mejores años, pero nadie puede negarle su ascendiente en amplios núcleos de la sociedad que lo siguen viendo como alternativa de poder y que eventualmente le votarían en unos comicios marcados por la bipolaridad… En especial si el otro candidato es su archirrival Leonel Fernández.Pero su influencia se limita a una masa política sin cabeza, que solo tiene espacio en el PRD “barriobajero” sin mayor exigencia que la clientela electoral. El mismo sector que dejó ir solito a su líder histórico y fundador Juan…