La reunión de Hipólito y Miguel abre de par en par las puertas de la reconciliación perredeísta. En el partido blanco las ofensas más grandes las borran las conveniencias políticas. Mejor dicho, en política no hay enemigos, únicamente coyunturas. En el PRD el pacto está tallado en alto relieve con unas letras pequeñas que dicen “si es que queremos ser una opción de poder”. Está demostrado que separados no son nada y que si una mala candidatura saca muchos votos, podrían sacar más con el atractivo de lo novedoso.El PRD presentó con éxito una fórmula presidencial mixta. Podría repetirla. Pero no veo a Milagros Ortiz en la dupla sino a Carolina Mejía como compañera de Miguel. Él tiene la fuerza interna y legal paara ser el candidato presidencial. Ella la estirpe. Sin embargo, me luce que un acuerdo con Hipólito tendría que abonar algo más sólido e inmediato como la Secretaría General o la presidencia del Partido. Estas posiciones son deseadas por los aliados del ex presid…