Tengo 93 años y quiero decir dos cosas: una a favor de los inmigrantes de las islas del Caribe llamados cariñosamente cocolos que trajeron muchas buenas costumbres a San Pedro de Macorís, nos enseñaron las sociedades de ayuda mutua, la fe religiosa, comidas especiales, mucha educación y, por ello, aprendimos inglés y sus descendientes honran el país. Jamás han atacado al país como han hecho los hijos ilegales que han logrado que República Dominicana sea condenada.El otro caso es que más de un millón de ilegales haitianos, los cuales, violando las leyes de inmigración, han invadido el país y se han asentado en todos los pueblos y barrios humildes y campos del país, y como el pueblo dominicano y el gobierno son tan generosos y tolerantes en muchos casos reciben un plato de comida de un dominicano que escasamente lo tiene (si no fuera así, ese más de un millón no podría vivir en el país).Ahora los ilegales están trayendo desde su país a sus familias y dentro de 60 o más años, sus desce…