El enfrentamiento ocurrido en un parqueo residencial de la Avenida Lincoln ha dejado una sensación de horror extendida por toda la sociedad dominicana. La saña y la violencia del hecho resultan tan impactantes que provocan un rechazo colectivo, acompañado de una marcada incertidumbre ante la dimensión de tal crimen. Delincuencia y violencia son dos fenómenos distintos. La delincuencia resulta preocupante, pero puede ser enfrentada de forma eficiente a través de una política criminal coherente que involucre a los cuerpos del orden y la justicia. Pero la violencia constituye una situación totalmente distinta. Puede enraizarse en la sociedad, en la familia o en el individuo de forma tal que resultan de difícil alcance para los pobres intentos de políticas públicas para enfrentarla. Las causas complejas y diversas que la promueven tienen fuentes más difíciles de enfrentar. Pero a pesar de las naturalezas distintas, la justicia sigue constituyendo la principal herramienta para el combate…