Por fin, Mariano Rajoy pidió cacao. No tenía de otra. El Jefe del gobierno español capituló, luego de hacer poses de inflexible, rechazando ir al Congreso convocado para que hable de los “papeles de Bárcenas”, donde el gobernante aparece muy feo para la foto. Una moción de censura pendía como guillotina sobre el barón del Partido Popular, PP, si se negaba a tratar ante el parlamento español el expediente de corrupción provocador del mayor escándalo durante las últimas décadas.A Rajoy lo había “blindado” la mayoría numérica del Congreso. Pero aquello es un cumpleaños comparado con lo que hace aquí la OTAN morada.Aquí también los pares de Rajoy no comparecen donde deben asistir con la frente en alto, como van quienes no tienen hechas ni sospechas.Pero aquí se delatan por delante. Y pagan mercenarios para que vayan al Palacio de Justicia en turba de birretes con ribetes de paleros. Esa turbamulta consagra el irrespeto absoluto de la OTAN morada por la institucionalidad del Poder Judi…