En el escenario internacional contemporáneo la celeridad e intensidad de los cambios derivados del proceso de globalización, así como la multiplicidad de actores y foros de negociación simultáneos y, sobre todo, los extraordinarios efectos de la llamada revolución de las comunicaciones, han introducido transformaciones profundas en la orientación, en el diseño y en la instrumentación de las relaciones internacionales en las últimas décadas (G.Palamares Lerma).En un mundo que se ha vuelto “estrecho pero diversificado”, es un hecho incuestionable que la diplomacia, como canal ejecutor de la política exterior del Estado, ha adquirido una importancia de primer orden. Pocas épocas han brindado, como la actual, tantos ejemplos de actividades internacionales numerosas e incluso “osadas”, tantas oportunidades que pueden aprovechar los Estados para realizar los intercambios comerciales, la cooperación en sus diversos ámbitos y, asimismo, para el necesario conocimiento y subsiguiente “armonía…