El lúcido historiador, Juan Daniel Balcácer, en su interesante obra, “Trujillo, el tiranicidio de 1961”, cita una carta de Carlos Marx a Federico Engels, donde destaca que: “La historia mundial tendría un carácter muy místico si no hubiese en ella lugar para el azar. Este mismo azar se convierte naturalmente en parte de la línea general del desarrollo y viene compensado por otras formas de azar”. Sin entrar en digresión ideológica sobre su contenido, es importante subrayar que se trata de una de las pocas veces en que Marx admite el papel del azar en la historia. Su visión determinista histórica de los procesos sociales y su convicción de las causas materiales que provocan los acontecimientos, de “la necesidad” como acicate del hecho o fenómeno histórico, limitan el espacio de lo fortuito o imprevisible, como categoría de lo casual en la experiencia socio-histórico. Engels dice que los hombres hacen ellos mismos su historia, pero sus aspiraciones se entrecruzan, y que por ello en to…