La democracia permite el libre juego de las ideas, la expresión y difusión del pensamiento con entera libertad, pero esa misma democracia tiene límites, que si no están escritos por lo menos sobreentendidos.La figura del Presidente y Vicepresidente de la República, así como la de los otros altos funcionarios de la nación, puede y debe ser cuestionada por quienes hacen opinión pública, o por quienes forman parte de partidos o movimientos de lo que ahora se llama dizque sociedad civil. Ahora, una parte de los cuestionamientos más duros e irrespetuosos se hacen vía Internet, periódicos digitales, páginas, y todo eso que nos ha traído el modernismo, pero que amenaza con llevarse el mínimo concepto de respeto que les puede quedar a quienes están abusando de un sistema político que muchas veces rechazan, y de la tolerancia y paciencia de que hace gala el presidente Medina y su gabinete, objeto de insultos diarios, de difamaciones y cuestionamientos que no tienen más basamento que el deseo…