De haberse aprendido la lección y contar con una mayor vocación de poder, lo que procedía en la actual situación de crisis y de tranque político que caracteriza al PRD, era que las partes encontradas se abocaran a una inteligente salida negociada. El hecho de que no se haya pasado de meros intentos (algunos de ellos poco sinceros) en procura de unidad y de una solución equilibrada y posible, ha dado pie a que las cosas hayan caído en un círculo vicioso, mientras la organización profundiza su desgaste y se le alejan las posibilidades de reconquistar el poder. No habiéndole salido las cosas como las esperaban él y sus consejeros, el expresidente Hipólito Mejía, cabeza de una de las partes, debió replegarse (fue lo que hizo en un momento el hoy presidente Danilo Medina, frente a un Leonel Fernández, jefe del Partido y del gobierno), tomarse un tiempo y, de no tener a la vista una salida honrosa, esperar por mejores vientos y circunstancias para su causa. En la situación actual, con des…