Toda “creación” del cerebro (cien billones de células, filamentos, sinapsis, etc., tan complejos que apenas ahora comenzamos a descubrir), es una revolución; es decir, el cerebro avanza y sólo deja atrás su espectro, los huecos, agujeros de gusanos o huellas del viejo pensar. Pero ya el cerebro y el pensamiento mismo, han saltado a otro estadio, avanzaron dialécticamente. Leo a todos los que escriben de religión en el Listín. Hay gente realmente inteligente. El domingo leí a la señorita o señora Flaviá Luciano (no le conozco). Dentro de la gran cantidad de vicios humanos acaso recogido por la Biblia, ella escoge sabiamente al ‘envidioso’, que realmente es un apestado, un gusano, que ignora lo elemental: que en el cielo estrellado los astros no se molestan. Su vida es una vileza y amargada. ¿Cómo, el infeliz, llenará un vacío que solo se llena con la eternidad? Pero hay otros tipos: el mentiroso, insidioso, gárrulo, vanidoso, ambicioso, ingrato, ladrón, todos defectuosos porque el b…
