Uno de los mayores retos de Mauricio Funes al alcanzar el gobierno era la seguridad ciudadana, pues las maras, pandillas que operan a manos sueltas, mantienen desde décadas el estado de terror, no sólo a los salvadoreños sino a ciudadanos de otros países del istmo centroamericano, entre los cuales están Guatemala y Honduras, que forman junto al primero el triángulo del terror; y es que al ser fronterizos han servido de espacio común para el delito, las escapadas y el refugios.Al fenómeno de las maras se le viene a sumar la presencia cada vez mayor de carteles de la droga con más poder de fuego y control, con métodos sofisticados y alto nivel de profesionalización criminal que deja a los delincuentes tradicionales y sus técnicas rudimentarias en la periferia, cuando no, son absorbidos por estos últimos que, además tienen la capacidad de penetrar a los propios organismos de seguridad del Estado como se ve con frecuencia en Guatemala, México y otros países que sirven como base de opera…