Las relaciones del FMI con los gobiernos del presidente Leonel Fernández no registran momentos de tirantez ni de amenazas de que el acuerdo entre las partes colapsara, pues siempre han sido cordiales.Justo sería reconocer que eso, gobierno y autoridades económico-monetarias del país se lo han ganado, en función del desempeño o del manejo correcto a las reglas de juego suscritas con el organismo crediticio.Los primeros en reconocerlo, y hasta en poder al país de ejemplo en un momento de crisis de las principales economías del mundo, han sido funcionarios del propio FMI y representantes de otros organismos, como el BID y el Banco Mundial. Ahora, cuando se habla de que el órgano disciplinario sugiere un aumento de un 18% a la tarifa eléctrica –que no conviene al pueblo, por razón económica ni al PLD-gobierno, por el momento electoral–, las cosas no tienen por qué ser diferentes ni hay elementos de peso para sospechas de que pudiera producirse incumplimiento de los acuerdos o fractura e…
