La vida de Nelson Mandela se extingue, mientras su figura histórica se prepara para trascender la muerte. Reposara para siempre en la memoria colectiva de los hombres, ese lugar intangible donde habitan los recuerdos de los grandes héroes de la historia humana, en la misma dimensión de espacio y tiempo en que se colocan los nombres de Mahatma Gandhi, Abraham Lincoln, Simon Bolivar y otros prohombres que hicieron de la política un instrumento para promover el crecimiento material y espiritual de sus pueblos. Pero qué valoración se puede tener de un hombre como Nelson Mandela? Qué se puede decir de alguien que se pasa 27 años de su vida prisionero, en las más siniestras cárceles de su país y que, luego de surgir moral y espiritualmente incólume de ese infierno, se levanta como un ave fenix, convirtiéndose en el padre político y espiritual de una nación social y racialmente dividida?En abril de 1994, sin tener que apelar a promesas y estereotipos de campaña, sin aparentar falsas poses …