LOS NOTABLES.- El ruido de la Junta Central Electoral no podía acallarse dentro del organismo desde el momento en que uno de sus miembros era de los que golpeaba la lata.Con dificultades internas, y cercada desde el exterior por agentes de la sociedad civil, no le quedó otra opción que entregarse en manos de los notables. La Iglesia Católica, por ejemplo. Nadie mejor abogado que Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, quien el pasado domingo sacó la cara por el organismo y pidió a los políticos que la dejen trabajar. Y nunca fue más oportuno un pronunciamiento del purpurado, pues sus declaraciones, aunque dichas domingo, aparecieron en los periódicos del lunes, el mismo día que Hipólito Mejía publicaba un largo artículo en El Caribe en que hacía apreciaciones sobre la JCE. Que Mejía hablara por escrito, y no al desgaire como es su costumbre, significa que sus reclamos no son cosas de un día, repentinas, sino elementos de campaña. Se sabe que firma, pero que no escribe. De manera …