Robarse un avión ha de ser tarea difícil. Que se haga en un aeropuerto con tráfico aéreo regular, como el Joaquín Balaguer, debe demandar cierta pericia de los cacos o, en su defecto, una cerrada complicidad oficial. El asombro generado por la sustraccion de la nave perteneciente al Grupo Punta Cana está más que justificado aún en una sociedad que, como la nuestra, ha perdido la capacidad de estupefacción.La noticia de la semana, aunque nos tiente la risa, debe movernos a reflexionar seriamente sobre lo desvalidos que estamos ante el crimen organizado y sus audaces acciones para vulnerar los controles establecidos por el Estado para atajarle.Hasta el más inocente entre los inocentes sabe que el hecho fue cometido para transportar drogas narcóticas.La práctica de secuestrar o robar aviones es común en México, Colombia y Venezuela, justamente las naciones de la región más afectada por el narcotráfico.Solamente en Colombia el año pasado la cifra de aviones robados alcanzó los 160, en V…