November 7, 2024
El ‘Aleluya’ que resucitó a Haendel
El 13 de abril de 1737, en Londres, el criado del compositor germano-británico Jorge Federico Haendel descubrió a su amo que yacía inmóvil en el suelo con los ojos abiertos, como muerto. En seguida fue a buscar al médico y este diagnosticó apoplejía. “Quizá podamos conservar al hombre ñdijo el doctor-. Al músico lo hemos perdido. El ataque ha afectado el cerebro”.Durante cuatro meses, Haendel vivió sin fuerzas, como si la vida le hubiese abandonado. El lado derecho permanecía muerto. No podía andar, ni escribir, ni pulsar con su mano derecha una sola tecla. Pero su tenaz deseo de recobrar la salud, de vivir, de crear, obró el milagro en contra de las leyes de la naturaleza. Con ayuda de las aguas termales del balneario de Aquisgrán, se desprendió de la paralizante garra de la muerte y abrazó otra vez la vida. De nuevo pudo componer música, crear. Había hallado otra vez su propio lenguaje, con el que se dirigía a Dios, a la eternidad y a los hombres.El 21 de agosto de 1741, Haendel r...

El 13 de abril de 1737, en Londres, el criado del compositor germano-británico Jorge Federico Haendel descubrió a su amo que yacía inmóvil en el suelo con los ojos abiertos, como muerto. En seguida fue a buscar al médico y este diagnosticó apoplejía. “Quizá podamos conservar al hombre ñdijo el doctor-. Al músico lo hemos perdido. El ataque ha afectado el cerebro”.Durante cuatro meses, Haendel vivió sin fuerzas, como si la vida le hubiese abandonado. El lado derecho permanecía muerto. No podía andar, ni escribir, ni pulsar con su mano derecha una sola tecla. Pero su tenaz deseo de recobrar la salud, de vivir, de crear, obró el milagro en contra de las leyes de la naturaleza. Con ayuda de las aguas termales del balneario de Aquisgrán, se desprendió de la paralizante garra de la muerte y abrazó otra vez la vida. De nuevo pudo componer música, crear. Había hallado otra vez su propio lenguaje, con el que se dirigía a Dios, a la eternidad y a los hombres.El 21 de agosto de 1741, Haendel r…