Don Biro, integridad y ejemplo desde el campo. Recientemente murió un hombre muy especial a quien me conecta una relación de amistad, familiar y de gran admiración, Francisco Javier Delgado Quezada (Biro). Murió de 96 años con 13 hijos/hijas, 41 nietos/nietas, 47 biznietos/biznietas. Dentro de sus nietos y nietas se encuentran mi hijo y mis hijas.
Don Biro fue un gran líder campesino y religioso en Jarabacoa. Su trayectoria de vida fue desde su niñez un ejemplo de esfuerzo, vida digna y compromiso social con la comunidad y la naturaleza.
Perteneció a una familia campesina muy humilde, con las carencias y necesidades que hoy se viven en las comunidades rurales del país.
Al igual que muchos campesinos inició desde su niñez con trabajo infantil en el ámbito rural. Vivió todas las etapas del trabajador rural, desde jornalero o echa días en fincas con bajísima remuneración hasta convertirse en pequeño y mediano propietario agrícola y ganadero.
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Su relación matrimonial con Rosa Abreu (doña Rosita) supuso una construcción de un espacio-hogar con visión colectiva y social desde donde se tejían redes continuas de solidaridad y apoyo a familias campesinas y al campesinado en general de Jarabacoa para lograr cambios dirigidos al bienestar colectivo.
La lógica del bienestar colectivo estuvo siempre presente en su accionar. Iniciando con los convites para dar paso a la formación de cooperativas agrícolas, asociaciones agrícolas y ganaderas. Fue el forjador y presidente de la asociación de ganaderos de Jarabacoa y Costanza.
En su vinculo con el campo combinó la relación productiva con el fomento del desarrollo agrosostenible y la preservación/ protección forestal. Fue uno de los fundadores y presidentes del Plan Cordillera. La Universidad UAFAM le otorgó Doctorado en Honoris y Causa en reconocimiento a sus aportes a la agricultura, ganadería, foresta y su preocupación por el desarrollo humanístico comunitario y religioso en el municipio de Jarabacoa.
Don Biro representa no solo al líder comunitario, campesino, religioso (diácono) y social sino también un modelo de masculinidad positiva desde un ejercicio de paternidad responsable con acompañamiento afectivo de cada uno de sus hijos, hijas, nietos y nietas.
Tenía una gran sensibilidad hacia el cambio social con rechazo al ejercicio autoritario del poder político lo que le costó en la dictadura de Trujillo cárcel y amenazas de muerte. Estas prácticas represivas no provocaron apego a estructuras político-partidarias, por el contrario, se mantenía siempre crítico ante estas instancias y sus liderazgos.
La vida y obra de Don Biro Delgado son en un referente personal continuo de integridad y demostración de que los valores se aprenden con la praxis cotidiana. Su amistad y su afecto trascienden en mí más allá de la muerte.