En algún momento se aclarará cual es la verdadera razón, que me luce muy oculta, de la inquina entre Hipólito y Miguel. Por el momento vale decir que se rompió el asa de la taza perredeísta. No hay por dónde agarrar el conflicto y cada uno va para su casa.Hipólito, según me dicen amigos cercanos, estuvo de acuerdo con llevar a su hija Carolina, como compañera de fórmula presidencial con Miguel. Se diría que para todo perdidoÖPero que ella rechazó tal pretensión. Otros me alegan hubo oposición al acuerdo de aposento, y Mejía tuvo que abortar la propuesta. Uno de éstos sería el motivo de la reversa a las aproximaciones entrambos. Hay muchas especulaciones en torno a esta crónica anunciada.Otros creen que los encuentros lucieron más como teatro de ambas partes. Se sabe que son aceite y vinagre. Las reuniones fueron ensalada a la que faltó sal. Cada quien buscó lo suyo ante la opinión pública. Fingían intento de unidad pero nada. Hipólito buscaba ganar tiempo y demostrar que no estaba …