Para mí, no es necesario un 11 de enero ni un 11 de agosto para recordar a Eugenio María de Hostos. Día a día lo releo, lo admiro y trato de contribuir en mi accionar educativo y político a mantenerlo vivo. Contextualizándolo.Los que pretendemos inscribimos en la tradición hostosiana tenemos como deber insoslayable estudiar permanentemente sus obras y su obra, venerar su vida austera y ejemplar, pero también construir el nuevo paradigma de la ciudadanía y la educación dominicanas utilizando el material magnífico de las ideas Hostosianas.Será un edificio diferente, en medio de un hábitat que llamamos indistintamente globalización o mundialización.Los estados independientes por los que luchó el señor Hostos se van desdibujando en medio de la ola globalizante, y la tecnología impulsa la educación por nuevas rutas que abren horizontes muy amplios, que ofrecen peligros grandes pero también intensas posibilidades.Han pasado muchos años desde que Eugenio María de Hostos y Salomé Ureña abri…