EL INFORME.- Habrá que cruzar los dedos y encomendarse a las ánimas del purgatorio, que no a Dios, ante el informe de la comisión nombrada por la Cámara de Diputados para investigar las diferencias entre miembros de la Junta Central Electoral. Los encargados dicen haber hecho el trabajo, y hasta que no se conozca el resultado, no deberán adelantarse hipótesis. Si temer lo peor, pues a juicio de interesados les han dado muchas vueltas al asunto, cuidando aspectos que no son los más importantes. Desde fuera se entiende que el problema es personal, y los comisionados, por lo que se dice, tuvieron en cuenta lo afectivo y no lo institucional. Daría pena, por ejemplo, que se mantenga en el cargo a José Ángel Aquino porque es compueblano de uno de los responsables de la indagatoria. El mandato de la Cámara de Diputados era averiguar lo que estaba pasando, o sigue pasando, y edificar a sus compañeros, a quienes corresponderían las decisiones finales. La amistad es una virtud, pero la conni…
