La cordialidad, la amabilidad y la ternura son como la lluvia que vitaliza y proporciona fecundidad a los prados de mi alma. Es bien cierto que el rostro positivo de la caridad es la amabilidad.Nos encontramos a menudo personas que caen siempre bien. Saben dibujar sonrisas agradables, dicen palabras amables, contemplan la vida con renovada ternura y están siempre dispuestas a dar una mano.Sé que hoy mismo podré disfrutar de la hospitalidad acogedora de personas encantadoras, que proyectan mensajes positivos, poniendo miel y azúcar a sus palabras, brindando cordialidad en sus gestos, ofreciendo lo que son y lo que tienen sin pedir nada a cambio. Cada día llegan a las playas de mi alma las olas suaves y delicadas de mil caricias que me proporcionan gozos intensos y me impulsan a seguir adelante.Mi Dios es amable, cercano, asequible, amigo, respetuoso y está siempre presente. Por ello, mi vida es una fiesta, aderezada con buenas compañías, saturada de felicidad.Mi tierra es linda, herm…