Los temas históricos revisten exigencias teóricas, marcos conceptuales donde establecer los hallazgos de los procesos sociales, promoviendo no la búsqueda de la verdad absoluta, sino la orientación de los hechos, sus consecuencias, los factores intervinientes. El papel de la personalidad en la historia es importante pero no imperioso, inficionado de factores culturales, sociales, de veleidades, de instancias auxiliares, de demandas económicas y políticas, del azar, del propio mecanismo evolutivo y fisiológico que condiciona decisiones, los grandes hombres deben ser situados en los momentos estelares, en los bloques humanos de diferenciación epocal, en el conjunto de ideas que sostuvieron en colindancia con el interés colectivo. La proceridad no admite la fragmentación del arquetipo, se asume en sus actos supremos de imbricación trascendente. La recuperación de lo trivial anula las potencialidades del héroe, disminuye su estampa. En la periodización de los sucesos históricos, las fig…
