Proclamaba el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, al concluir una entrevista en el cotidiano madrileño El País, que, “Ya tenemos un país normal, no un país vergonzante y vergonzoso con la desigualdad”. Agregando que este logro era “más importante que dar de baja al número uno o al número dos de las FARC, en alusión a la guerrilla más antigua de América Latina, y que también era más importante que el superávit fiscal”. Colombia registró el año pasado un superávit impositivo de 0,45, por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) derivado de una reforma fiscal que por primera vez en muchos años aumentó los ingresos, ya que anteriormente las reformas en esta área eran una especie de angustia fiscal. Al llegar a 33 meses de su administración, el inquilino del palacio de Nariño, se enorgullecía de bajar los índices de pobreza, crear más de dos millones de empleos y gozar de una envidiable estabilidad macroeconómica producto en gran medida de una década de altos precios en las mater…
