Me preguntan por qué no he vuelto a hablar de economía. ¡Pues, porque no soy economista! Antes me atreví, cuando estuve ligado a los remesadores por tantos años. Pero como insisten, aquí les va: El saldo de la deuda pública, del sector público no financiero, se incrementó en US$1,400 millones de diciembre a marzo. Por la cantidad de capitales que buscan mercados fuera de los tradicionales, donde las tasas no incentivan, hemos colocado con rapidez US$1,000 millones en bonos y preocupa que podamos ser víctimas de ese éxito, induciéndonos a colocar otros este mismo año.La gente celebra la renegociación con la Barrick como si con ello nuestro problema quedará resuelto. Debemos pedir cuentas del destino que se dará a ese dinero, para que se invierta, no que se gaste, porque es insostenible seguir endeudándonos, y eso puede explotar en cualquier momento con una devaluación tipo la más reciente de Venezuela, porque las recaudaciones fiscales no están al nivel que requiere la deuda. Crece…