Con relación a las personas que deberá escoger el Consejo Nacional de la Magistratura para integrar las altas cortes, hay un solo problema: son muchos los aspirantes con sólida formación profesional y larga hoja de servicio, pero pocos los puestos a ocupar. Lo primero es bueno, porque habla bien de las capacidades y potencialidades del país en términos de recursos humanos, pero lo segundo no deja de ser un dilema para quienes tienen la responsabilidad de seleccionar unos pocos entre muchos sobresalientes. La competencia, profesional, política y de un sinnúmero de factores a considerar, es muy fuerte, por lo que los aspirantes a miembros de la Suprema Corte de Justicia, al Tribunal Constitucional y al Tribunal Superior Electoral van a necesitar, además de preparación y experiencia, mucha suerte. Como cantidad y calidad hay de sobra, mientras serán pocos los escogidos, hay que esperar que ñsin “repartos” y sin hacerle caso a presión política ni mediáticañ los miembros del órgano super…