Algo se despierta en la sociedad dominicana. En las mañanas, cuando uno termina de quitarse con el café la sensación de letargo, se debate entre volver atrás, seguir durmiendo, o encarar el día con impulso. Ese estado social democrático y de derecho al que se aspira desde la Constitución y las leyes se hace real solo cuando los ciudadanos y las ciudadanas utilizan los mecanismos que la propia ley les garantiza para encaminar sus vidas hacia un destino de libertad, felicidad y plenitud. Algunas señales de que la ciudadanía va entendiendo que tiene derecho a disentir, a ser diferente sin sufrir discriminación, a disfrutar de la vida sin ocultar su identidad se han puesto de manifiesto en los últimos meses. La articulación de una generación que sin dudas será la que comenzará a influir en el progreso ideológico de esta sociedad tiene mucho que ver con este tema. Comentaba un colega que esos 10,000 dominicanos que han regresado de especializaciones en el extranjero traen consigo una mi…
