Ante la premisa que sugiere el título de este artículo, muchos argumentarán que la tecnología no es ni debe ser una prioridad en la lucha contra la pobreza, máxime si aún tenemos serias brechas en materia de salud, educación y otros servicios públicos. Otros alegarán que la inversión de los limitados recursos de una familia vulnerable en tecnología, evita el uso de esos fondos en áreas esenciales como la alimentación, la nutrición o la vivienda.Sin embargo, las intervenciones socioeducativas en el área de tecnología que hemos iniciado desde el 2004; así como las evaluaciones de nuestros programas de acceso a tecnologías en poblaciones en situación de vulnerabilidad, es sencillamente impresionante.El resultado a corto, mediano y largo plazo es significativo, aumentando los ingresos de la familia sustancialmente.Además, hay que resaltar la incidencia del sector tecnología en la creación de empleos, especialmente para jóvenes y mujeres, que son los sectores más excluidos del mercado la…