Hay reformistas que un día sí y otro también, sin argumento ideológico y con irritante conducta, van y vienen; andan por los linderos que ya le advirtió el visionario líder que cuidaran de no exponer la patria a los desatinos de quienes han desbrozado esa trocha de despropósito tipificado como el “camino malo”. ¿Qué pasa con algunos de estos llamados “viejos guardianes de la esencia balaguerista” que no cesan de un chaquetismo que resulta sorprendentemente sospechoso, e incluso denigrante, y que parece no acertar, porque acarrea un sentido de oportunidad difícilmente calificable con la orientación política marcada? Simplemente son almas derrengadas por arrastrar pesadas cargas prebendarias; o, también, gente callosa y sin escrúpulos que es capaz de todo por medrar.La coyuntura tan definitoria del liderazgo del doctor Fernández con la acción y el pensamiento de Balaguer, le ha llevado a ganarse los más vehementes elogios de parte de esos seguidores aguerridos, que se lo prodigan en a…
