La candidatura vicepresidencial de Margarita Cedeño de Fernández representa para Danilo Medina lo que es la reina a un jugador de ajedrez: una pieza estratégica para afianzar su ventaja electoral sobre Hipólito Mejía.En la política moderna dominicana, la selección del candidato vicepresidencial había obedecido al criterio del “equilibrio de la fórmula”; es decir, si el candidato era un político mayor, se seleccionaba una persona joven o si procedía de la ciudad, se buscaba a alguien de alguna región influyente del país.Fue así que Carlos Morales Troncoso emergió como un delfín del nuevo balaguerismo en la campaña electoral de 1986, que José Francisco Hernández y Leonel Fernández acompañaron a Juan Bosch en los comicios de 1990 y 1994 y que Milagros Ortíz Bosch complementó la rígida figura varonil de Hipólito en el año 2000.Sin embargo, ese paradigma fue roto por Leonel en las elecciones de 1996, cuando escogió a Jaime David Fernández Mirabal como su compañero de boleta. Jaime David …