September 21, 2024
La carga que les toca a ellos
Ser hombre no es fácil. Lo he visto de cerca, vivo rodeada de ellos desde siempre. Soy la única entre tres hermanos, soy la única en la mesa de editores, soy la única mujer en mi casa... Los varones, y más en una sociedad tan violenta como la nuestra, no tienen permiso para la debilidad, para la tristeza y a veces ni para la ternura. Se les exigen poderes sobrenaturales: ser siempre fuertes, no llorar nunca, tener la billetera lista, y un deseo sexual sempiterno y sin intermitencias (a menos que sea para ir y volver de una a otra).No quisiera imaginarme qué habría sido del excandidato de la derecha chilena, Pablo Longueira, que renunció a sus aspiraciones por una depresión, si hubiera sido dominicano. Desde luego, su masculinidad habría sido la primera en ser cuestionada. Esas, habrían dicho seguramente, no son cosas de hombre. Todo comienza en la niñez: nada de ser un “mamita”, no añoñe tanto a ese muchacho, que aprenda que la vida es dura. Eso, claro, desde que el pobre sale del v...

Ser hombre no es fácil. Lo he visto de cerca, vivo rodeada de ellos desde siempre. Soy la única entre tres hermanos, soy la única en la mesa de editores, soy la única mujer en mi casa… Los varones, y más en una sociedad tan violenta como la nuestra, no tienen permiso para la debilidad, para la tristeza y a veces ni para la ternura. Se les exigen poderes sobrenaturales: ser siempre fuertes, no llorar nunca, tener la billetera lista, y un deseo sexual sempiterno y sin intermitencias (a menos que sea para ir y volver de una a otra).No quisiera imaginarme qué habría sido del excandidato de la derecha chilena, Pablo Longueira, que renunció a sus aspiraciones por una depresión, si hubiera sido dominicano. Desde luego, su masculinidad habría sido la primera en ser cuestionada. Esas, habrían dicho seguramente, no son cosas de hombre. Todo comienza en la niñez: nada de ser un “mamita”, no añoñe tanto a ese muchacho, que aprenda que la vida es dura. Eso, claro, desde que el pobre sale del v…