Usted podría simpatizar con el uno o con el otro, y ese es su derecho, lo que usted no puede es coincidir con la apatía ni la destrucción de una entidad esencial de la sociedad dominicana, tal y como la concebimos en estos tiempos.Usted puede postular con la vieja consigna que rezaba: “Horacio, o que entre el mar”, para luego medrar bajo la tutela de quien no permitía ningún tipo de libertad en el país. El extremismo en un partido democrático se nos ocurre improcedente, bajo y sin ningún sentido moral, porque el carácter democrático es precisamente ese, que se respeten los derechos de los demás. Hemos observado cómo un sector del PRD atropella al otro, y cómo ese otro esgrime armas sectarias para escapar de la acechanza, cuando la regla de oro de todo lo democrático es respetar a la mayoría sin destrozar a las minorías.Usted podrá alegar que Hipólito representa la mayoría expresada en la pasada convención del 6 de marzo del año pasado, pero ocurre que las bases y aplicación de las r…
