Algo no anda bien entre algunos ciudadanos dominicanos. Los temas personales, en muchas ocasiones, queremos convertirlos en temas de todos. Los debates políticos internos los queremos convertir en nacionales. Un empleado que es despedido de un puesto, con o sin razón, se resiste a abandonarlo y amenaza con suicidarse o matar al gerente. Un ministro que asume una posición se aferra a ella como algo de su propiedad. Una decisión de un tribunal superior, al que acude un partido político o un ciudadano es manejada para criticar y desacreditar la justicia. Se usa para decir que aquí “no existe democracia”. Pero sucede que al juego se va a perder o a ganar. No puede usted, después de que acude a un debate con las reglas ya establecidas, decir que perdió porque los árbitros no sirven, están vendidos y responden al contrario. No puede medirse la democracia de la nación, por que una decisión no favorezca a la organización a que pertenecemos. Hay grupos y personas que quieren que se proteste…
