“La muerte es para todos.mas, mientras esperamos,también debe ser para todos la vida¿dónde están la sonrisa, la esperanza, los panes y las terrazas claras para verlas violetas y la dicha? (Pérez, 1982)Escribí estos versos hace medio siglo. Desde entonces, han marcado una ruta de búsquedas, de adhesiones, de lucha, de sueños, de exasperaciones y reclamos.Porfiada, golpeada por realidades cada vez más hoscas, nunca vencida, ni callada, he aguardado, aferrada a la fe, leyendo la biblia, creyendo en mi ideología, mientras la negación y hasta la mofa me acosaban.La visita del presidente Correa a República Dominicana ha dado una respuesta jubilosa a la pregunta acuciante de la estrofa que ha guiado mi periplo político-doctrinario.En Ecuador, país pequeño, pobre como el mío, repleto de injusticias y privilegios, como el mío, de soberbias y faltas de solidaridad, como el mío, empieza a construirse esa “terraza clara /para ver las violetas y la dicha”.La “sonrisa y la esperanza”, han asomado…